Después de meses de estar sumergidos en una agonía constante, a consecuencia de la enfermedad de nuestra queridísima nieta y sobrina M., quien padecía un rabdomiosarcoma en la cabeza o en lenguaje poco académico, un tumor de alta malignidad en la cabeza (cáncer), comenzamos a creer en base a los diagnósticos médicos, que M. estaba en manos de Dios, y que a pesar de que para una madre es muy difícil entregar a su primogénito a la voluntad de Dios cuando no es la voluntad de uno mismo, nosotras comenzamos la etapa de que cuando los médicos ya no nos daban esperanzas, pensamos que lo mejor y mas sano era entregar a M. en los brazos del Señor, y que se hiciera su voluntad, aunque no fuera lo que nosotros esperábamos.
Es doloroso aceptar la voluntad de Dios cuando no es lo que uno espera cuando acontece, pero al ver el padecimiento de M., aun el mas doloroso desenlace para los que quedamos en la tierra, seria en principio de su paz y finalización de sufrimiento, de sus tratamientos invasivos, punciones de medula, en fin. .. una niña de 3 años soportando tanto dolor, es comprensible que buscáramos una solución y que pidasemos a Dios que hiciera su voluntad, sea cual fuere, lo mas pronto posible.
Un buen día, ante la desolación, mi hija S. (tía de M.) quien comenzó a buscar un milagro, una esperanza por mas minima que fuera, de que algo divino quitara esa enfermedad de la cabeza a Melina, consiguió, de esta manera, como quien dice, el que busca encuentra... una amiga de la familia, que tenia la manera, el vinculo de contactar a mi hija Soledad con la persona que ella buscaba. Es así que V., muy amiga de ... (quienes son parte del coro de la Iglesia), nos contacto con ellos, y mediante una cadena, pudimos llegar al Padre Fabián.
Es así, que acudimos a una misa sanadora, llevamos a M., y el padre impuso sus manos sobre su cabecita y comenzó a llorar, pues él se percato de que padecía una dolencia enorme, y ella sintió una gran conexión con el padre, lo cual nos resulto raro y asombroso ya que no se daba con nadie. Suponemos que M. experimento una sensación magnifica (la cual yo experimente en la misa de Navidad cuando sentí el espíritu santo ingresar en mi), ya que a pesar de haber visto al padre Fabián una sola vez en su corta vida, vive preguntando por él y recordándolo, incluso hasta el día de hoy repite una frase que el padre le dijo “Jesús esta acá, en tu corazón”, y con felicidad y devoción siempre nos dice, “Jesús esta acá” (y se toca su pecho, su corazón), nos lo dice con una gran sonrisa en su rostro, como si realmente supiera que no esta sola, que siempre estuvo Él acompañándola en su larga odisea.
En fin, hoy podemos dar testimonio de que cosas asombrosas nos han sucedido desde que conocimos al padre Fabián, pues incluso la propia M. nos lo ha demostrado con hechos.
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Jesús en la Cruz, según M. |
Hoy. esta curada, su tumor ha desaparecido, pues es un milagro, ya que la tipologia del cáncer que sufría es fulminante, cruel, y dañino en demasía, las esperanzas de vida son ínfimas, por lo que debemos este milagro no solo a Dios, a Jesús, a la Virgencita, sino también al Padre Fabián, quien intercedió ante ellos por M., gracias padre por su contagiosa fe y devoción, gracias por recibimos y recibirla a M., pues no tenga dudas de que ella lo tiene muy presente a Usted, y ha marcado en ella un antes y un después, ya que cuando habla, lo recuerda, y recuerda muy bien sus palabras y lo que sintió cuando la recibió. Infinitamente agradecidos, a todos por sus plegarias y por la predisposición. Crean, porque incluso antes del milagro, nosotros creimos y tuvimos fe, sin importar cual fuera la determinación que Dios tomara con respecto a M., pues es claro que estamos mas felices aun de que Dios nos deje compartir con ella mas años aun, de que goce de buena salud, y de haber experimentado este milagro de vida. Pues Dios sabe porque hace lo que hace, y es grandioso que nos haya bendecido con la dicha de la vida y la salvación. Tengan fe, pues el testimonio es que antes de que Dios salvara a M., ya habíamos aceptado su voluntad, Sin cuestionarla. Gracias Padre Fabián por este milagro.
La familia de M.
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