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SS. Pedro y Pablo

Qué le responderíamos a Jesús si hoy nos preguntara: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? / Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer M ateo 16, 13-19 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en

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Lectio Divina. Navidad

Lectio Divina. Navidad
Oración con el Evangelio. Ciclo B.

Lc 2, 1 -14

1. INVOCA


  • El Señor quiere llegar hasta ti en este tiempo de oración. Te va a regalar su Palabra, es decir, su mismo Hijo, nacido en entrega total para hacernos felices.

  • Jesús, que nace en Belén en carne humana, es el mismo que viene como Palabra que da la vida. Tus palabras dan vida eterna (Jn 6, 68). Le diré como Pedro a Jesús.

  • Deja a un lado tus planes y preocupaciones. Porque el Señor te dirige su mensaje.

  • Invoca al Espíritu, con el canto repetido: Veni, Sancte Spiritus.


    2. LEE LA PALABRA DE DIOS Lc 2, 1-14 (Qué dice la Palabra de Dios)

    Contexto litúrgico


  • La solemnidad de Navidad ofrece tres textos litúrgicos para la celebración de las Misas de la víspera, de la aurora y del día. Escogemos el Evangelio del relato del nacimiento de Jesús, que nos trasmite san Lucas.

    Texto

    1. Dio a luz a su Hijo primogénito (v. 7) 


  • Lucas compone un relato histórico y teológico sobre el nacimiento de Jesús. Los datos históricos aparecen en los primeros versículos (1-5): el emperador Augusto, el gobernador Quirino, José y María. Y en estas indicaciones elementales, el evangelista va describiendo los aspectos teológicos del Niño que nace como ser humano en la pobreza.

  • Este Niño, desprotegido y débil, nace como descendiente del rey David. Según los profetas el Mesías nacería de la familia de David en Belén (Mal 5, 1).

  • Este Niño es el Salvador, Mesías y Señor (v. 11). Lucas enfoca el nacimiento de Jesús desde la perspectiva de la fe de Pascua. Los signos pascuales son: la gloria del Señor (v. 14), la alegría (v. 10) y la universalidad de la salvación: para todo el pueblo (v. 10).

  • Jesús viene a traer la salvación y la liberación, desde su aceptación de la precariedad y pobreza que esclavizan a muchos humanos. A todos quiere ayudar con la oferta de su redención.

    2. Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres... (v. 14) 

  • El cántico de los ángeles dan el tono al acontecimiento salvador. La “gloria de Dios” que ama y quiere salvar a todos, es la finalidad primera del nacimiento de Jesús.

  • La gloria de Dios se va realizando en la historia humana. Dios ha querido acercarse todo lo posible al hombre. Que no es un ser olvidado de Dios. Es el ser preferido del amor de Dios, que nos envía a su Hijo en figura y presencia humanas, en la pobreza y en el olvido de muchos.

  • Ese Niño es Dios y se hace pequeño, sencillo y cercano. Para que superemos todo miedo a la grandeza de la divinidad y nos acerquemos a Él con toda confianza. La gloria de Dios queda manifestada en la pobreza y sencillez, signos de la condición humana.

  • La “paz”. Es el mensaje de los ángeles que pregonan el gran regalo que nos trae el recién nacido. La paz es la síntesis de todos los bienes que el Señor nos obsequia. La paz es también la plenitud de la vida que el Resucitado imparte a los discípulos (Jn 20, 19 y 21).

  • La paz es la consecuencia del amor de Dios. Paz a los hombres que ama el Señor (v 14). Jesús viene a mostrarnos el rostro amable y misericordioso del Padre. Lucas es quien más resalta en su Evangelio el aspecto misericordioso del Señor.

    3. Vamos a Belén (v. 15) 

  • Los pastores se animan unos a otros: Vamos a Belén a ver eso que ha sucedido y que el Señor nos ha manifestado.

  • Ante una noticia tan sorprendente los pastores se ponen inmediatamente en camino para ver lo que los ángeles habían anunciado. Varios gestos de los pastores quedan reseñados en el texto:
    - Vamos a Belén (v. 15): se motivan para ir al encuentro del Mesías;
    - Fueron de prisa (v. 16), con ganas de llegar al lugar;
    - Encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre (v. 16);

  • Regresaron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído (v. 20).

  • Comunicaron lo que había visto y oído acerca del Niño.

  • Son los primeros testigos ante el pueblo de la presencia de Dios entre los hombres. Los pastores escuchan, se mueven, experimentan, se alegran, alaban y anuncian.

  • Es cierto: los pobres son los que captan el mensaje del Evangelio porque sus corazones están más abiertos que los que viven satisfechos con sus bienes.


    3. MEDITA (Qué me/nos dice la Palabra de Dios) 

  • Tratemos de profundizar en el misterio. Mejor. Que el misterio de un Dios tan pequeño y necesitado entre en lo más íntimo de nuestro ser. Éste es el mayor milagro que Dios ha realizado: un Niño se nos ha dado, un Niño débil, pobre, sencillo, necesitado y cercano encierra todo la grandeza de Yahvé.

  • Ya no podemos tener miedo ni recelo a este Dios que busca ansiosamente nuestra amistad, nuestra respuesta de amor. ¿Qué más puede hacer Dios por llegar a tu corazón?

  • Y Jesús quiere ser reconocido hoy en los débiles, olvidados y marginados. Gracias a su nacimiento, los humanos somos más hermanos y también participamos de Dios, porque el mismo Dios está participando de nuestra naturaleza humana.


    4. ORA (Qué le respondo al Señor) 

  • Gracias, Padre, por enviarnos a tu mismo Hijo como tierno Infante (que no puede hablar), para que sea tu Palabra ante nosotros y nuestras palabras ante Ti. Tu Hijo, el Verbo preexistente desde siempre, por quien fueron hechas todas las cosas, ya se ha hecho semejante a nosotros, para que también nosotros seamos semejantes a Ti, Padre.

  • Recíbenos, Padre, por tu Hijo y Hermano nuestro. Junto con María y José, adoramos a tu Hijo, que ya es parte de nuestra historia y de nuestras esperanzas.


    5. CONTEMPLA

  • A este Niño débil, que quiere entrar en tu vida del todo y para siempre. Hazle un sitio en tu corazón. Él ha dado este salto hasta nosotros, para acompañarnos en nuestro camino hacia la felicidad, hacia la vida que Él nos trae.


    6. ACTÚA

  • Agradeceré al Padre, a Jesús, a María, por el don de nuestro Hermano.

  • Repetiré: la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1, 14).

  • Recitamos el salmo 96(95). Repetimos todos: Canten al Señor un canto nuevo.



  • Autor: P. Martín Irure

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