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SS. Pedro y Pablo

Qué le responderíamos a Jesús si hoy nos preguntara: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? / Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer M ateo 16, 13-19 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en

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400 Respuestas a preguntas que usted puede hacer sobre la doctrina católica (11)

Un homenaje a la memoria de un firme apologista, sus 400 respuestas a preguntas que usted puede hacerse sobre la doctrina católica, presentado en breves publicaciones semanales. (Preguntas 82-89) // Autor: P. Jorge Loring S.J. | Fuente: Catholic.net // Editorial Spiritus Media

82. MANUSCRITOS DE LOS EVANGELIOS

Yo creía que los originales de los Evangelios estaban en los Archivos Vaticanos. Pero me he enterado que no, que se han perdido. Entonces me pregunto, ¿cómo podemos estar seguros de que los textos que leemos de los Evangelios son los escritos por los evangelistas?

Efectivamente, los textos originales de los Evangelios se han perdido, como los de todos los libros de aquel tiempo. Entonces no había papel. Se escribía sobre hojas de papiro que se deterioraban con el tiempo. Pero de los Evangelios tenemos copias que se aproximan mucho al tiempo de los originales.

Todos nos fiamos del Tratado de Lógica de Aristóteles; y sus reglas de los silogismos siguen siendo hoy la base de cualquier razonamiento filosófico. Sin embargo los manuscritos más antiguos que conservamos de Aristóteles distan más de mil años de su autor. En cambio de los Evangelios tenemos distintos manuscritos que distan menos de cien años de sus autores.

Por eso yo suelo decir que los que no se fían de los Evangelios no tienen derecho a saber nada de la antigüedad, pues los manuscritos que conservamos de los Evangelios superan con mucho en número y calidad a los manuscritos que conservamos de los demás libros de aquel tiempo.

83. MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO


¿Es verdad que en las cuevas del Mar Muerto se ha encontrado el original del Evangelio de San Marcos?

Es cierto que en las cuevas del Qumrán, junto al Mar Muerto, se han encontrado manuscritos valiosísimos. Pero lo que se ha encontrado de San Marcos no es el original, sino un fragmento de una copia muy próxima al autor.

En 1972 el Padre José O Callaghan, jesuita español papirólogo, Profesor de la Universidad Gregoriana de Roma, y Decano de la Facultad Bíblica del Pontificio Instituto Bíblico de Roma, y de la Facultad Teológica de Barcelona, descifró unos fragmentos de papiros encontrados en la cueva 7 del Qumrán (Mar Muerto). Se le identifica así 7Q5. Se trata del texto de San Marcos, 6:52s.

En once cuevas aparecieron seiscientos rollos de pergaminos. En estos manuscritos, que se descubrieron en 1947, han aparecido textos del Éxodo, Isaías, Jeremías, etc. De casi todos los libros del Antiguo Testamento. Estos manuscritos han sido estudiados por E. L. Sukenik, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que consiguió adquirirlos para la biblioteca de la Universidad [1].

El texto descifrado por el P. O Callaghan es un fragmento del Evangelio de San Marcos enviado a Jerusalén por la cristiandad de Roma y que los esenios escondieron en esa cueva en ánforas, una de las cuales tiene el nombre de ROMA en hebreo [2]. Probablemente esto ocurrió cuando la invasión de Palestina por los romanos, antes de la ruina de Jerusalén del año 70. En concreto cuando se aproximaban las tropas de Vespasiano el año 68 [3].

Este descubrimiento ha sido considerado como el más importante de este siglo sobre el Nuevo Testamento [4]. En 1991 se ha publicado una edición facsímil con 1.787 fotografías de estos manuscritos [5]. Los expertos han fechado este manuscrito en el año 50 después de Cristo [6].

La identificación del P. O Callaghan es tan seria que Orsolina Montevecchi, Presidenta de la Asociación Internacional de Papirologia, ha pedido a sus colegas que se incluya el 7Q5, como se llama a este manuscrito, en la lista oficial de los papiros del Nuevo Testamento [7].

Esta interpretación del P. O Callaghan ha sido recientemente confirmada por el eminente profesor alemán de la Universidad de Oxford, Carsten Peter Thiede, en la prestigiosa revista internacional BIBLICA [8]. Thiede, dice textualmente: "Conforme a las reglas del trabajo paleogràfico y de la crítica textual, resulta cierto que 7Q5 es Marcos, 6:52s".

Thiede ha publicado un estudio apoyando al P. O Callaghan titulado: ¿El manuscrito más antiguo de los evangelios? [9].

"Son cada vez más los que aceptan esta identificación", ha dicho el P. Ignacio de La Potterie, S.I., como se ha visto en el Simposio Internacional celebrado del 18 al 20 de octubre de 1991 en Eichstát [10], donde apoyaron esta opinión los expertos en papirologia Hunger, de la Universidad de Viena, y Riesenfeld, de la Universidad de Úpsala (Suecia).

El texto 7Q5 ha sido estudiado en ordenador por IBICUS de Liverpool, y se ha demostrado que esa combinación de letras, en la Biblia, sólo se encuentra en Marcos 6:52s, que es el 7Q5 [11].

El Profesor Herbert Hunger, Director de la colección de papiros de la Biblioteca Nacional Austríaca, y Profesor de Papirologia de la Universidad de Viena, ha dicho: "La identificación del papiro de Qumrán con Marcos resulta convincente"[12].

El paleógrafo inglés Roberts, de la Universidad de Oxford, primera autoridad mundial en paleografía griega, antes de que se descifraran estos papiros, estudiando la grafía, afirmó que eran anteriores al año 50 después de Cristo [13], es decir, unos 20 años después de la muerte de Jesús, y 10 años después que Marcos escribiera su Evangelio. Sin duda es anterior al año 68 en que fueron selladas las cuevas del Qumrán, con los papiros dentro, antes de huir de las tropas de Vespasiano, que invadieron aquel territorio el año 68 [14]. Se trata, por lo tanto, del manuscrito más cercano a Jesús de todos los conocidos [15].

"El descifrador de estos documentos ha manifestado que ya no puede afirmarse que el Evangelio sea una elaboración de la antigua comunidad cristiana, y que tuvo un período más o menos prolongado de difusión oral antes de ser escrito, sino que tenemos ya la comprobación de los hechos a través de fuentes inmediatas".

La proximidad de este manuscrito al original echa por tierra la hipótesis de Bultmann, según la cual los Evangelios son una creación de la comunidad primitiva que transfiguró "el Jesús de la historia" en "el Jesús de la fe".

Este descubrimiento confirma científicamente lo que la Iglesia ha enseñado durante veinte siglos: la historicidad de los Evangelios.

Más tarde, el mismo O Callaghan, descubrió otro fragmento de la misma gruta que encajaba perfectamente en el texto de la Primera Carta de San Pablo a Timoteo [16].

84. AUTOR DEL CUARTO EVANGELIO

He oído decir que el autor del cuarto Evangelio no es el Apóstol San Juan. ¿Tiene esto algún fundamento?


Siempre que se hacen afirmaciones tan sorprendentes se ofrecen algunas razones, pero en este caso opino que sin fundamento suficiente.

Hay quien opina que el autor del cuarto Evangelio no es San Juan, el apóstol. Lo atribuyen a Juan el Anciano "un griego que jamás conoció el entorno directo de Jesús".

Pero esta opinión es inaceptable, pues el autor del cuarto Evangelio se declara testigo de los hechos que narra [17], reconoce que era el discípulo predilecto de Jesús [18], que en la cena reclinó su cabeza sobre el pecho de Jesús [19], que estuvo con María Santísima al pie de la cruz [20], que junto a San Pedro fue a la tumba del Señor, y al ver la sábana tendida en el suelo, y doblado aparte el sudario que estuvo sobre la cabeza vio y creyó [21].

Es mucho más lógico aplicar todo esto al apóstol San Juan que introducir un nuevo personaje, también llamado Juan, que se reclinó sobre el pecho de Jesús en la Última Cena, con lo cual "a la Cena asistieron catorce personas". Pero los Evangelios dicen que a la cena con Jesús sólo se sentaron los doce [22]. Por otra parte [23], en los otros tres Evangelios al apóstol Juan se le nombra diecisiete veces, en cambio en el cuarto no se le nombra ni una. Siempre se le llama "el Discípulo Amado".

Esta sustitución se explica si el apóstol Juan y el "Discípulo Amado" son la misma persona. "De hecho la tradición juzgó siempre que el discípulo amado era el apóstol San Juan, y el mismo cuarto Evangelio [24] atestigua que su autor fue el apóstol Juan" [25].

Además en el cuarto Evangelio se habla repetidas veces de la amistad entre San Pedro y el "Discípulo Amado", y San Lucas, en los Hechos de los Apóstoles, dice que el amigo de San Pedro era el apóstol San Juan.

La introducción de otro Juan, distinto del apóstol, no tiene sentido. "El autor del cuarto Evangelio se identifica, sin equívoco, con el discípulo amado de Jesús, uno de los Doce. (...) Desde el siglo II se atribuye el cuarto Evangelio al apóstol Juan. (...) Desde su primera difusión la Iglesia recibió el cuarto Evangelio como de Juan, el apóstol" [26]: entre otros, Tertuliano, el canon Muratoriano, Clemente de Alejandría y San Ireneo de Lyon, discípulo de San Policarpo, que fue amigo del apóstol San Juan.

Dice San lreneo [27], en su obra Adversus haereses, del siglo II, que San Juan, "el discípulo del Señor que se reclinó sobre su pecho" dictó su Evangelio en Éfeso, siendo ya anciano. Esto explicaría el distinto estilo entre el Evangelio y el Apocalipsis, pues el amanuense pudo ser una persona culta que mejoró el griego de San Juan.

Los que atribuyen el cuarto Evangelio a Juan el Anciano dicen que el apóstol San Juan murió martirizado con su hermano Santiago. Pero esto es inadmisible pues San Lucas cuenta el martirio de Santiago en el capítulo XII de los Hechos de los Apóstoles sin hacer ninguna mención de Juan. Este silencio no es posible si hubieran muerto los dos hermanos juntamente. Además "nos muestra después, en el capítulo XV, al apóstol San Juan tomando parte en la asamblea de Jerusalén en fecha ciertamente posterior a la muerte de Santiago [28].

¿No será Juan el Anciano el mismo apóstol Juan que era ya muy anciano cuando dictó su Evangelio en Éfeso? El mismo apóstol San Juan se designaba a sí mismo con este nombre en sus cartas [29].

85. LOS ANIMALES DE LOS EVANGELISTAS

En el templo se representa a los cuatro evangelistas (Juan, Lucas, Mateo y Marcos) con la imagen de un león, un águila, un toro y creo que un ángel. ¿Por qué razón y cuál le corresponde a cada uno de ellos? Me puede ayudar por favor. De antemano gracias y que Dios lo guarde.

Esos animales son simbólicos. Recuerdo haber leído esta explicación.

- Mateo: hombre porque trae la genealogía de Jesús.
- Marcos: león porque su evangelio empieza en el desierto.
- Lucas: toro (no me acuerdo).
- Juan: águila, porque su lenguaje se eleva a gran altura.

86. VERBO - PALABRA

No entiendo por qué se dice de Jesús que es la palabra. Sé que en el Evangelio de San Juan se le llama así, y que estaba junto al Padre desde el principio, ¿pero qué significa realmente? Tampoco entiendo por qué se dice que Jesús es el Verbo.

Verbo=Palabra.

Verbo en latín. Palabra en español.

A la segunda persona de la Santísima Trinidad se le llama palabra porque brota del Padre como la palabra del pensamiento.

87. "ENGENDRADO, NO CREADO"

Querido Padre Loring: No entiendo eso del Credo "engendrado, no creado".

Creado es algo que empieza a existir. Supone un antes y un después. Y la segunda Persona de la Santísima Trinidad es eterna, no ha empezado nunca. Por eso decimos que no fue creada, sino engendrada, lo cual no supone un antes y un después.

Un padre empieza a ser padre en cuanto aparece el hijo. No hay padre si no hay hijo. La paternidad y la filiación aparecen simultáneamente.

Yo suelo poner este ejemplo: Si en un cuarto oscuro yo pongo mi mano veinte centímetros sobre una mesa y enciendo una luz, aparecen simultáneamente mi mano y su sombra. La mano engendra la sombra, y la sombra es simultánea a la aparición de mi mano.

88. EL HIJO DEL HOMBRE

Buenas tardes, Padre Loring. Me gustaría, si fuera posible, que me explicara a qué persona se refería Jesús cuando le dijo a Judas: "¿Con un beso traicionas al Hijo del Hombre". ¿Jesús se refiere a Él como el Hijo del Hombre?

Jesús solía darse a sí mismo el nombre de "El Hijo del Hombre" porque así se nombraba al Mesías en el Antiguo Testamento.

89. LA FECHA DEL NACIMIENTO DE JESUCRISTO

Siempre se ha dicho que el nacimiento de Cristo divide la historia en dos partes: antes y después de Él. Ahora dicen que Cristo no nació hace dos mil años, sino antes. ¿En qué quedamos?

Que el nacimiento de Cristo divide la historia en dos partes es verdad. Este cálculo lo hizo Dionisio el Exiguo sustituyendo la numeración de entonces que partía de la fundación de Roma. Pero se equivocó en seis años.
"Jesús no nació, como suele decirse, en el año primero de la Era Cristiana. El sabio benedictino Dionisio el Exiguo, que en el año 533 empezó por vez primera a contar los años a partir del nacimiento del Señor, sustituyendo la antigua numeración que partía de la fundación de Roma, se equivocó en 6 años" [30]. Él hizo coincidir el 1 de enero el año uno, con el 10 de enero del año 754 de la fundación de Roma, en vez de escoger el 748 que hoy se considera como exacto.

Por lo tanto, debemos colocar el nacimiento de Cristo seis años antes de la Era Cristiana. Según los historiadores, Herodes el Grande murió el año 4 antes de nuestra Era. Como él mandó matar los niños de Belén menores de dos años, podemos suponer que Jesús nació dos años antes, es decir, el 6 antes de nuestra Era [31].

Esto se confirma porque según el matemático y astrónomo Kepler, el año del nacimiento de Cristo, hubo una conjunción de Júpiter y Saturno [32], es decir, se pusieron uno detrás del otro, lo cual provoca una luz intensa, muy visible en el firmamento estrellado y a la altura de las palmeras.

¿Sería esto la estrella de Belén? En el crepúsculo, la intensa luz podía verse al mirar hacia el Sur, de modo que los Magos de Oriente, al caminar de Jerusalén a Belén, la tenían enfrente. Esta conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis, visible claramente en el área mediterránea, en la fecha del nacimiento de Jesús, está confirmada por una tablilla babilónica de arcilla que actualmente está en el Museo Estatal de Berlín.

Fue descubierta en 1925, por el erudito alemán P. Schnabel que descifró anotaciones neobabilonias de escritura cuneiforme acuñadas en una tabla encontrada entre las ruinas de un antiguo templo del sol, en la escuela de astrología de Sippar, antigua ciudad que se encontraba en la confluencia del Tigris y el Eufrates, a unos cien kilómetros al norte de Babilonia [33]. En ellas se hace mención a esta conjunción de Júpiter y Saturno el año del nacimiento de Cristo [34].

El P. Severiano del Páramo, S.I., Profesor de Sagrada Escritura en la Universidad de Comillas (Santander), opina que la estrella de Belén fue un meteoro luminoso creado por Dios para este fin [35].

Según el teólogo Pedro de Felipe del Rey la llamada "estrella de los Magos" fue un ángel luminoso que se apareció a los Magos lo mismo que a los pastores de Belén [36].

Del día del año del nacimiento de Jesús no nos dicen nada los Evangelios, pero desde el siglo I se celebra el 25 de diciembre [37]. La historicidad de esta fecha está confirmada por un documentado estudio de Tommaso Federici, Profesor de Teología Bíblica [38]. Sin embargo, lo que celebramos el 25 de diciembre es el acontecimiento del nacimiento del Señor, aunque para la fecha se eligiera una fiesta ya establecida.

Jesús nació en Belén, pues el censo de Quirino mandó que todos se empadronaran en su lugar de origen, y tanto María como José eran oriundos de Belén, la ciudad de David.


Con el nombre de "Censo de Quirino" se incluía en aquel tiempo una porción de censos anteriores que culminaron en el de Quirino, como nos explicó el Profesor Joaquín González Echegaray, del Instituto Español Bíblico y Arqueológico de Jerusalén, en un cursillo sobre el Evangelio de San Lucas en el Seminario de Monte Corbán de Santander, en Julio de 1995.

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NOTAS
[1] FLORENTINO GARCÍA MARTÍNEZ: QUMRÁN, 1ª, I, 1. Ed. Trotta. Madrid. 1993.
[2] JOSÉ O CALLAGHAN, S.I.: Los papiros griegos de la cueva siete del Qumrán. Ed. BAC. Madrid.
[3] B. MANZANO, S.I.: Por los caminos de Jesús, IV, 68. Ed. Verbo Divino. Estella. 1984.
[4] Diario YA, 16- III-72.
[5] Diario YA, 21-XI-91, pg. 28.
[6] Courrier de Roma, 117 (300) oct. 1990.
[7] ABC de Madrid, 13 -X-96, pg. 71
[8] Revista BÍBLICA, vol. 65 (1984) 538-559
[9] Revista 30 DÍAS 45 (1991) 14.
[10] Revista 30 DÍAS 61 (1992) 76 y Civiltá Cattolica: II (1992) 464-473.
[11] ABC de Madrid, 1-VI-95, pg. 64.
[12] VITTORIO MESSORI: Padeció bajo Poncio Pilatos, XXXVII. Ed. Rialp. Madrid. 1994.
[13] B. MANZANO, S.I.: Vida de Jesucristo, no. 5. Zaragoza.
[14] Revista BÍBLICA: 53 (1972).
[15] JUAN MANUEL IGARTUA, S.I.: Los Evangelios ante la Historia, I. Ed. Acervo. Barcelona.
[16] VITTORIO MESSORI: Padeció bajo Poncio Pilatos, XXXVII. Ed. Rialp. Madrid. 1994.
[17] Evangelio de SAN JUAN, 3:11, 19:35, 21:24, Primera Carta, 1:1s.
[18] Evangelio de SAN JUAN, 21:7 y 20.
[19] Evangelio de SAN JUAN, 13:25.
[20] Evangelio de SAN JUAN, 19:26.
[21] Evangelio de SAN JUAN, 20:2-8.
[22] Evangelio de SAN MATEO, 26:20; de SAN MARCOS, 14:17.
[23] JUAN LEAL, S.I.: Valor histórico de los Evangelios, VI, 4. Ed. Escelicer. Cádiz.
[24] Evangelio de SAN JUAN, 21:24.
[25] ALFREDO WIKENHAUSER: Introducción al Nuevo Testamento, 3ª, I, 28, 3. Ed. Herder. Barna.
[26] J. HUBY, S.I.: El Evangelio y los Evangelios, V, I. Ed. PAX. San Sebastián.
[27] SAN IRENEO: Adversus haereses, 3ª, I, 3.
[28] J. HUBY, S.I.: El Evangelio y los Evangelios, Epílogo. Ed. PAX. San Sebastián.
[29] JUAN LEAL, S.I.: Valor histórico de los Evangelios, IV, 1. Ed. Escelicer. Cádiz.
[30] VITTORIO MESSORI: Hipótesis sobre Jesús, IV, 11. Ed. Mensajero. Bilbao. 1978.
[31] JUAN MANUEL IGARTUA, S.I.: Los Evangelios ante la Historia, I, 12, b. Ed. Acervo. Barcelona.
[32] RICARDO MORENO: Historia breve del universo, I, 1. Ed. Rialp. Madrid. 1998.
[33] ZENIT: Noticias del Vaticano en INTERNET (ZE-980104-3).
[34] CÉSAR VIDAL: Enigmas de la Historia. en INTERNET.
[35] JOSÉ MARÍA RIAZA, S.I.: La Iglesia en la Historia de la Ciencia, 2ª, XI, 5. Ed. BAC. Madrid.
[36] PEDRO DE FELIPE DEL REY: Jesús de Nazaret, Apéndice, II. Ed. Grafisnes. Madrid. 2000.
[37] JOSÉ LUIS MARTÍN DESCALZO: Vida y misterio de Jesús de Nazaret, VI, 7. Ed. Sígueme. Salam.
[38] Revista 30 DÍAS: Año XIX - no. 11 del 2000.


Cualquier consulta sobre estos temas las podrán realizar al consultorio de Antonio Salas Sánchez.

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