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SS. Pedro y Pablo

Qué le responderíamos a Jesús si hoy nos preguntara: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? / Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer M ateo 16, 13-19 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en

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400 Respuestas a preguntas que usted puede hacer sobre la doctrina católica (17)

Un homenaje a la memoria de un firme apologista, sus 400 respuestas a preguntas que usted puede hacerse sobre la doctrina católica, presentado en breves publicaciones semanales. (Preguntas 134-140) - Autor: P. Jorge Loring S.J. | Fuente: Catholic.net // Editorial Spiritus Media

134. ¿SÓLO DIOS ES PADRE?


Antes que nada reciba un saludo en Cristo, Nuestro Señor. Hace algunos días ronda una pregunta en mi cabeza. ¿Por qué los católicos llamamos Santo Padre al Papa? Pues sólo Uno es el Padre: el de los Cielos. Discúlpeme usted por la pregunta, pues aún y cuando yo obedezco y sigo todas las enseñanzas de la Iglesia, ésta pregunta me tiene un poco inquieto. Espero no me lo tome a mal ni quiero parecer de ningún modo protestante. Gracias de antemano por su respuesta.

Se puede ser padre de muchas maneras. Dios, de una. El Papa, de otra. El sacerdote, de otra. Y tu padre carnal, de otra. Pues supongo que tú lo respetarás como padre.

135. EL PAPADO


Padre: ¿En qué momento termina el pontificado o cuándo lo reemplazan? ¿Es cierto que Pedro murió en Jerusalén y no en Roma? Eso dicen los protestantes. Gracias, Padre, por su atención. Que Dios siempre le derrame abundantes bendiciones.

El papado es vitalicio, a no ser por alguna causa excepcional.

Que San Pedro murió en Jerusalén es falso. Sabemos por la historia cierta que fue martirizado por Nerón en el circo de Calígula, que fue enterrado en la necrópolis del monte Vaticano y que sus huesos están hoy en una cripta bajo el altar del Baldaquino de Bernini.


136. ALEJANDRO VI


¿Cómo dice la Iglesia Católica que el Papá es infalible si Alejandro VI fue un gran pecador?

Infalibilidad no es lo mismo que impecabilidad. El Papa puede pecar, como cualquier hombre. Y si peca se tiene que confesar como cualquier católico. El Papa puede ser pecador, pero nunca puede ser hereje. Pero lo normal es que los Papas sean ejemplares en su vida. El caso tan cacareado de Alejandro VI se ha empleado para atacar a la Iglesia.

Pero según la Enciclopedia Espasa-Calpe, sobre Alejandro VI se ha formado una leyenda negra falsa. Es verdad que tuvo una juventud disoluta. Pero los hijos que tuvo fueron antes de ser elegido Papa. Aunque siendo Papa se dejó llevar del nepotismo. La lista de los Papas cuenta con setenta y siete Papas santos, y treinta y uno mártires.

137. EL CASO GALILEO


Si el Papa es infalible, ¿cómo pudo equivocarse en el caso Galileo?

Que el Papa es infalible es dogma de fe. Pero no es infalible en todo lo que dice, sino sólo cuando habla de un modo especial que se llama ex cathedra. La condenación de Galileo no fue de esta manera. Fue obra de una Congregación Romana. Pero, además, a Galileo no le condenaron por su hipótesis científica, pues lo mismo dijo Copérnico cien años antes y la Iglesia no le condenó. A Galileo lo condenaron porque se empeñaba en interpretar la Biblia a su favor, y la Iglesia no se lo quería permitir.

Por otra parte Galileo, aunque acertó, no probaba lo que decía. Por eso astrónomos contemporáneos suyos, como Tycho-Brahe, no pensaban como él, y seguían siendo geocentristas como Tolomeo..

Para atacar la infalibilidad de la Iglesia se suele aducir la condenación de Galileo. En primer lugar, conviene tener en cuenta que todos somos hijos de nuestro tiempo: En la Edad Media se moría la gente por enfermedades de las que hoy no se muere nadie. El Derecho Romano admitía la esclavitud, y hoy se rechaza en el mundo entero.

La humanidad progresa en sus conocimientos técnicos y antropológicos. Es ridículo pretender que la Iglesia de la Edad Media pensara como hoy en temas que no son dogmáticos: el geocentrismo era el modo de pensar de aquel tiempo. Con todo, conviene advertir que la condenación de Galileo fue obra de una Congregación Romana, no del Papa en definición ex cathedra, que es la única infalible. Aparte de esto, la Iglesia, en aquel momento, juzgó a Galileo como los mejores astrónomos de su tiempo. Todos los que estudian los argumentos de Galileo (1564-1642) afirman que él no probaba su hipótesis [1]. Por eso no convenció a Tycho- Brahe (1546 -1601), contemporáneo suyo, que siguió siendo geocentrista como Tolomeo [2] , astrónomo de Alejandría [3], que, el siglo II después de Cristo, hizo a la Tierra el centro del universo [4].

"Galileo no pasó de probar la suma probabilidad del sistema de Copérnico sin conseguir demostrarlo con certeza" [5]. "Sus argumentos carecían de fuerza probativa, no ya ante la ciencia astronómica de aquel tiempo, sino ante la de hoy, mejor informada que entonces" [6]. "El mismo Galileo reconocía la debilidad de su argumentación" [7].

El P. Antonio Romañá, S.I., Director del Observatorio de Astrofísica del Ebro, dice: "Galileo no pasó de probar la probabilidad del sistema de Copérnico, sin conseguir demostrarlo con certeza" [8]. Y el P. Antonio Dúe, S.I., Director del Observatorio de Cartuja: "Los argumentos de Galileo carecían de fuerza probativa" [9].

Galileo tuvo la intuición de interpretar los textos bíblicos no literalmente como los teólogos de su tiempo, sino como hoy los interpretamos, sin saber él nada de los géneros literarios. En resumen, que como dice Walter Brand Muller: "Se dio la extraña paradoja de que los teólogos de entonces no supieron interpretar la Biblia, y Galileo, sin conocer los géneros literarios de la Biblia, como los teólogos de hoy, acertó al afirmar que el heliocentrismo era compatible con la Biblia; aunque no lo probó científicamente. Por eso su contemporáneo el astrónomo Tycho-Brahe siguió siendo geocentrista. Galileo se equivocó en el campo de la Ciencia y los eclesiásticos en el campo de la Teología" [10].

Como científico no demostró su hipótesis, por eso no convenció a los astrónomos de su tiempo. En cambio tuvo la intuición de interpretar la Biblia mejor que los teólogos de su tiempo que no conocían los géneros literarios y él se les adelantó diciendo que la Biblia no había que entenderla siempre al pie de la letra [11].

Los teólogos de aquel tiempo entendían la parada del Sol por Josué como si el Sol diera vueltas alrededor de la Tierra. Y Galileo decía: "la Biblia no se equivoca, pero los que la interpretan, sí pueden equivocarse; pues la Biblia habla de las cosas tal como se ven desde aquí" [12].

En la Carta a la gran duquesa Cristina le dice que "la Biblia no hay que entenderla en sentido literal. La Escritura enseña cómo se va al cielo, no cómo va el cielo" [13].

Cien años después se aportaron más y mejores pruebas, y en 1741 el Papa Benedicto XIV autorizó la publicación de las obras de Galileo en favor de la teoría heliocéntrica, que entonces estaban prohibidas [14].

Con todo hay que advertir que Galileo no fue condenado por su teoría heliocéntrica, pues lo mismo dijo Copérnico cien años antes y la Iglesia no se metió con él [15]. Es más, su obra fundamental, Las órbitas de los mundos celestes, publicada en 1543, está dedicada al Papa Pablo III. Pero Copérnico presentaba sus ideas sólo como una hipótesis [16] .


"Galileo no fue condenado por lo que decía, sino como lo decía" [17]. Si Galileo se hubiera limitado a exponer sus ideas de modo hipotético, no absoluto, como le pedía Belarmino, no hubiera tenido problemas [18]. Galileo fue condenado por su insistencia en interpretar la Sagrada Escritura a su favor [19]. Por eso le decía el santo cardenal Roberto Belarmino: "La Biblia no pretende enseñarnos cómo se mueve el cielo, sino cómo se va al cielo" [20].

"Ante la insuficiencia de sus argumentaciones astronómicas, Galileo utilizaba también textos de la Sagrada Escritura, interpretándolos a su manera, para fundamentar su posición" [21]. Galileo "quería demostrar que no había contradicción entre las Sagradas Escrituras y sus descubrimientos" [22]. "Interpretaba a su manera la Sagrada Escritura" [23].

La Iglesia le dijo que se limitara a presentar sus ideas como una hipótesis científica [24], y no quiso hacer caso [25]. En mayo de 1615 escribe a su amigo Monseñor Piero Dini: "Se me ordena que no me meta en las Escrituras", pero no estaba dispuesto a ello [26].

En el juicio dijo Galileo: "El señor Cardenal Belarmino me informó que la opinión de Copérnico se podía sostener de modo hipotético, como el mismo Copérnico la había sostenido" [27].

Sin embargo a Galileo le hicieron abjurar de su hipótesis heliocentrista, pues la mentalidad de sus contemporáneos la consideraba herética.

El error de Galileo fue entrar en un campo que no era el suyo. Olvidaba que el tema de la interpretación de las Sagradas Escrituras era un tema reservado a los especialistas [28]. Según el embajador de Toscana, Pedro Guicciardini, Galileo "se mostró irascible, áspero, altanero y terco. Con las intemperancias de su lenguaje y de su carácter se atrajo la enemistad de hombres eminentes, y se acarreó amarguras y sinsabores" [29].

Aunque la condena de la Iglesia a Galileo fue disciplinar y no dogmática [30], hoy se piensa que fue inoportuna. El Cardenal Paupard, Presidente del Consejo Pontificio de Cultura, dijo en una entrevista que le hizo Jesús Colina, Director de Zenit, la agencia de noticias católica: "Galileo sufrió mucho; pero la verdad histórica es que fue condenado sólo a formalem carcerem -una especie de reclusión domiciliaria-, varios jueces se negaron a suscribir la sentencia, y el Papa de entonces no la firmó. Galileo pudo seguir trabajando en su ciencia y murió el 8 de enero de 1642 en su casa de Arcetri, cerca de Florencia. Viviani, que le acompañó durante su enfermedad, testimonia que murió con firmeza filosófica y cristiana, a los setenta y siete años de edad. Galileo, el científico, vivió y murió como un buen creyente" [31].

138. LOS ANTIPAPAS


He oído hablar de los antipapas y no sé a qué se refieren. ¿Me lo quiere explicar?

Los antipapas han sido personas, que sin tener derecho a ello, han pretendido ser reconocidos como Papas.

A lo largo de la Historia, la Iglesia ha pasado por momentos difíciles porque algunos han pretendido ilegítimamente, ser Papas. Las razones han sido varias. Unas veces algunos reyes han elegido, ilegítimamente, Papas sumisos. Otras veces, sectores de la Iglesia no estaban de acuerdo con el Papa legítimo y elegían el suyo, etc., pero con el tiempo, esos sectores separados se unieron al Papa legítimo.

139. DOGMAS DE FE


Yo no tolero que la Iglesia me imponga sus verdades. Yo soy libre para pensar lo que quiera.

No señor. No eres libre para pensar lo que quieras. Tienes que pensar la verdad. Si no, estás equivocado. No eres libre para opinar sobre la fórmula del agua. Tienes que decir que es H20. Si dices que es NH3 estás equivocado, pues ésa es la fórmula del amoníaco.

No eres libre para opinar sobre el valor de Pi Tienes obligación de decir que es 3,1416. Si dices que es 8,2434 estás equivocado. En todas las materias hay verdades indiscutibles. También en religión.

Cuando la Iglesia te impone una verdad de fe, te ayuda a conocer la verdad, pues los dogmas son las verdades reveladas por Dios, y frente a una afirmación de Dios, sobran todas las opiniones de los hombres.

140. NUEVOS DOGMAS


¿Cómo os atrevéis los católicos a decir que la Iglesia Católica siempre ha tenido la misma doctrina, si últimamente ha definido los dogmas de la Inmaculada y Asunción de María, que no están en la Biblia?

La Iglesia siempre ha mantenido que la Revelación terminó con la muerte del último Apóstol. Pero esta Revelación se puede desarrollar. Es un progreso en la doctrina revelada sin cambiarla. Es iluminar y precisar la doctrina, manteniendo su integridad. La Iglesia no inventa nuevas doctrinas, sino que al definirlas declara lo que estaba contenido en la Revelación.

También hoy descubrimos nuevas estrellas que estaban ahí pero no lo sabíamos.


NOTAS:
[1] JOSÉ MARÍA RIAZA, S.I.: La Iglesia en la Historia de la Ciencia, 2ª, XII, 3, d. Ed. BAC. 1999
[2] MANUEL CARREIRA, S.I.: Metafísica de la materia. Apéndice, III. Univers. de Comillas. Madrid
[3] MARIANO ARTIGAS: Galileo en Roma, I, 9. Ed. Encuentro. Madrid. 2003
[4] RICARDO MORENO: Historia breve del universo, I,3. Ed. Rialp. Madrid. 1998.
[5] ANTONIO ROMAÑA, S.I.: Revista Arbor, 62 (1966) 25.
[6] ANTONIO DÚE, S.I.: Revista Pensamiento, 19 (1963) 452.
[7] JOSÉ MARÍA RIAZA,S.I.: La Iglesia en la Historia de la Ciencia,2ª,XII,3,c. Ed.BAC.Madrid.1999
[8] Revista ARBOR 62 (1966) 25
[9] Revista PENSAMIENTO, 19 (1963) 452
[10] WALTER BRAND MULLER: Galileo y la Iglesia, Epílogo. Ed. Rialp. Madrid. 1987
[11] MARIANO ARTIGAS: Galileo en Roma, III 5. Editorial Encuentro Madrid 2003.
[12] IGNACIO SEGARRA: Buzón de respuestas, Iª, I, 3, 128. Ed. ESIN. Barcelona. 2001.
[13] CARLOS JAVIER ALONSO: El caso Galileo. Internet, www.arvo.net
[14] RICARDO MORENO: Historia breve del universo, I, 7. Ed. Rialp. Madrid. 1998.
[15] JOSÉ Mª RIAZA, S.I.: La Iglesia en la Historia de la Ciencia, 2ª, XII, 3, c. Ed. BAC. Madrid.1999.
[16] VITTORIO MESSORI: Leyendas negras de la Iglesia, IV, 28. Ed. Planeta. Barcelona. 1996.
[17] VITTORIO MESSORI: Leyendas negras de la Iglesia, IV, 29. Ed. Planeta. Barcelona. 1996.
[18] MARIANO ARTIGAS: Ciencia, Razón y Fe, I, 13. Ed. EUNSA. Pamplona. 2004.
[19] JOSÉ Mª RIAZA, S.I.: La Iglesia en la Historia de la Ciencia, 2ª, XII, 3, c. Ed. BAC.Madrid.1999
[20] VITTORIO MESSORI: Algunos motivos para creer, XIV. Ed. Planeta+Testimonio. Barcelona.
[21] MARIANO G. MORELLI: Valor de la vida y cultura de la muerte. Universidad Católica de Santa Fe.
[22] VALADIER. Revista Mundo Científico, (1985) 1098s.
[23] JOSÉ MARÍA RIAZA, S.I.: La Iglesia en la Historia de la Ciencia, 2ª, XII, 5, e. Ed. BAC. Madrid.
[24] VITTORIO MESSORI: Leyendas negras de la Iglesia, IV, 28. Ed. Planeta. Barcelona
[25] WALTER BRAND MULLER: Galileo y la Iglesia, II, 6. Ed. Rialp. Madrid. 1987
[26] MARIANO ARTIGAS: Galileo en Roma, III 10. Editorial Encuentro Madrid 2003.
[27] MARIANO ARTIGAS: Galileo en Roma VI 15. Editorial Encuentro Madrid 2003.
[28] Revista Investigación y Ciencia 229 (1985) 1098s
[29] JOSÉ Mª RIAZA, S.I.: La Iglesia en la Historia de la Ciencia, 2ª, XII, 5, q. Ed. BAC.Madrid.1999
[30] WALTER BRAND MULLER: Galileo y la Iglesia, III, 5. Ed. Rialp. Madrid.1987
[31] PAUL PAUPARD: Informativo del Vaticano en INTERNET: ZENIT, ZE971107-5

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