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SS. Pedro y Pablo

Qué le responderíamos a Jesús si hoy nos preguntara: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? / Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer M ateo 16, 13-19 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en

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400 respuestas a preguntas sobre la doctrina católica (27)

Un homenaje a la memoria de un firme apologista, sus 400 respuestas a preguntas que usted puede hacerse sobre la doctrina católica, presentado en breves publicaciones semanales. (Preguntas 213-223) // Autor: P. Jorge Loring S.J. | Fuente: Catholic.net // Editorial Spiritus Media

213. ¿CULPABLES LOS DESCENDIENTES?

Reverendo Padre: Dice el Éxodo (20,5 y 34,7) que los descendientes del pecador serán castigados hasta la tercera generación. ¿Cómo se entiende eso?

La palabra "castigo" no es adecuada, porque nadie puede ser castigado de lo que es inocente. Una buena traducción sería ésta: "los hijos cargan con las consecuencias de los pecados de sus padres". Esto es correcto. Así ocurre con los hijos arruinados porque su padre es ludópata, y con los hijos que heredan una enfermedad venérea.

214. PECADO OLVIDADO

Hola Padre: Tengo una pregunta. Si he olvidado involuntariamente confesar un pecado al sacerdote y me acuerdo de esto varios días después (habiendo ya comulgado varias veces antes de acordarme) sé que debo confesarlo en la próxima oportunidad que tenga de hacerlo, pero mi pregunta es: ¿Puedo seguir comulgando en lo que me confieso de nuevo, tomando en cuenta que no tengo la oportunidad de confesarme antes de la Misa pues no hay sacerdote disponible para hacerlo, y además, tomando en cuenta que estoy totalmente arrepentido de este pecado y que ahora me esfuerzo por llevar una vida más santa cada día? Gracias por su guía espiritual.

Puedes seguir comulgando y lo dices cuando puedas confesarte.

215. "PECADO OLVIDADO, PECADO PERDONADO"


Reverendo Padre: He leído un fragmento por internet de su obra Para Salvarte. En ella dice que si alguien calla intencionadamente un pecado mortal en la confesión, no se le perdonan los otros pecados mortales que sí confesó, pero que si por olvido no lo hizo, el pecado le queda perdonado porque "pecado olvidado, pecado perdonado". Ahora bien, si después se recuerdan ¿se tienen que confesar esos pecados mortales olvidados?

Sobre esto tengo unas cuantas dudas: Si por nervios se olvidan uno o varios pecados mortales ¿también le son perdonados o tiene que confesarlos al recordarlos? ¿Y tiene que volver a confesar los que no olvidó? ¿Hay que ir al mismo confesor donde sí se confesaron unos y se olvidaron otros?

El texto de Para Salvarte es correcto. Sólo tienes que decir en la próxima confesión los olvidados, y puede ser con otro sacerdote, sin aludir para nada a los ya confesados.

216. PECADOS VENIALES

Hola Padre. Quisiera saber si es cierto que si uno comete pecados veniales va al purgatorio, y si es cierto, ¿por qué en el Catecismo de la Iglesia Católica, en la parte donde explican el pecado, dice un santo que mientras vivamos en este cuerpo cometeremos pecados veniales? O sea, que todos sin excepción ¿iremos al purgatorio? No entiendo. Explíqueme por favor.

Los pecados veniales deliberados podemos evitarlos, pero todos cometemos pecados veniales semi-deliberados: un brote de mal genio, un momento de pereza, una palabra inoportuna, etc. A estos pecados se refiere el santo. No todos pasamos por el purgatorio: los mártires van directos al Cielo.

217. PECAR EN ALZHEIMER

Estimado Padre Jorge: Me ha surgido una duda que me gustaría que me resolvieras. Una persona que padeciera Alzheimer o algún tipo de demencia, ¿podría confesarse?

En caso negativo, si pecara en ese estado, ¿ya no podría salvarse? Lo digo porque una de las cosas que temo es que me olvide de mi Señor, aunque soy consciente de que todavía confío en que me quede bastante tiempo, claro, pero aun así, me gustaría saberlo. Gracias por adelantado.

Haces muy bien en consultar tus dudas, que para eso estoy yo. Nadie es culpable de lo que olvida. Por eso "pecado olvidado, pecado perdonado". Cada uno sólo está obligado a confesarse de lo que recuerda. Y nadie peca en estado inconsciente.

218. LAS BUENAS OBRAS

Buenas tardes Padre Loring: Esperando que se encuentre muy bien, le escribo para hacerle la siguiente consulta: Conozco algunos protestantes que manifiestan que Cristo ya nos ha salvado y por lo tanto los pecados que pueda cometer una persona hoy en día no deben tomarse tan a pecho. Yo entiendo que esto es algo así como justificar el pecado poniendo como excusa a Cristo. El sacrificio que llevó a cabo Nuestro Señor por todos nosotros ¿de qué nos salvó exactamente? Muchas gracias por su explicación.

Tienes toda la razón. La expresión de "Cristo nos ha salvado" es ambigua. No significa que podemos pecar libremente. Significa que Cristo nos ha abierto las puertas del Cielo, pero tenemos que entrar por ellas haciendo buenas obras. El Evangelio lo dice claramente: "Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos".

219. BUENAS OBRAS EN PECADO MORTAL

¿Qué pasa con los que hacen obras de caridad que están en pecado mortal? Agradeceré sus comentarios Padre, Dios lo bendiga.

Quien está en pecado mortal, no puede merecer nada. Pero las obras buenas que hace le preparan a su conversión.

220. PECADOR DESESPERADO

Estoy desesperado. Continuamente caigo en el pecado de lujuria. Creo que no tengo solución. Tengo miedo de condenarme, pues no logro dominarme. No sé qué hacer.

No te desesperes. Puedes cambiar. Pecadores peores que tú llegaron a santos.

Lo que tienes que hacer es dominarte, como nos dominamos todos. Nadie puede hacer todo lo que le gusta. Pídele a Dios que te dé fuerza de voluntad. También debes evitar las ocasiones. Búscate un sacerdote amable que te ayude a hacer una buena confesión y a regenerarte.

221. RECAÍDAS EN EL PECADO

Siempre me confieso de lo mismo. A veces pienso en dejar la confesión, pues es inútil. Incluso me da vergüenza ir siempre con el mismo rollo.

La confesión nunca es inútil. Y el sacerdote nunca se cansa de oír lo mismo, pues es comprensivo. Por muchas veces que se tropiece, siempre hay que volver a levantarse. Después de cada caída confiésate enseguida y comulga, pues la comunión fortalece tu voluntad. Y no dudes de que con la ayuda de Dios se pueden vencer todas las tentaciones.

222. TENTACIONES

Soy una persona de comunión frecuente. Colaboro en la parroquia, y procuro llevar una vida cristiana. Pero tengo muchas tentaciones. A veces dudo si debo comulgar por si he consentido. Pero mi deseo es no ofender a Dios.

Te felicito por tu entrega a Dios. Y no me extraña que precisamente por eso el diablo te tienta más. Decía un autor espiritual que el diablo, con la gente empecatada está con los brazos cruzados. Pero con los que quieren practicar la virtud, trabaja desesperadamente. Pero tenemos la seguridad de vencerle. Si tenemos a Dios con nosotros, él no puede vencernos.

Dijo San Agustín que el diablo es un perro atado. Sólo muerde al que se le acerca. Mientras no haya consentimiento, no hay pecado.

223. ESCRÚPULOS

Vivo atormentado. Creo que peco sin querer. A veces me despierto inquieto después de un sueño deshonesto. Me dicen que no me preocupe, pero yo no puedo evitarlo. Viendo la televisión frecuentemente me pongo nervioso.

Navegando por Internet me he tropezado con usted y he pensado pedirle ayuda. Por favor, contésteme.

Te agradezco la confianza que me muestras. Por lo que me dices creo que eres una persona escrupulosa. Esto es difícil de superar, pero no imposible, con la ayuda de Dios. La solución está en que te fíes más de lo que te dice el sacerdote que de lo que tú sientas. Ten en cuenta que el sacerdote es una persona preparada para estos temas, y además imparcial. Si él ve que eres culpable, te pide arrepentimiento y te perdona. Pero si él ve que son escrúpulos irresponsables, no los quiere fomentar.

Para que haya pecado es necesario querer lo que está mal. Lo que pasa sin querer nunca es pecado: por eso no son pecado las poluciones durante el sueño.

Ciertamente que la televisión pone escenas inconvenientes. La solución es que al verlas, por dentro, las censuremos. Así se evita el consentimiento. Hay que verlas como se ve una farola de la calle.

Nota seleccionada para el  blog del Padre Fabián Barrera

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